NÚMERO 9
MAYO 2017
Enlace por la
Justicia Energética
y Socioambiental
El fracking en debate

EDITORIAL

Vaca Muerta es un hueso duro de roer. Cada ola de inversiones se piensa como la exitosa, se ansía que esta vez se alcance la escala masiva. Tras los acuerdos impulsados por Mauricio Macri en los últimos meses esa era la meta, al menos. Lo cierto es que si bien hubo anuncios, seguramente no fueron los esperados.
La “normalización del mercado”, flexibilización laboral e incremento de transferencias hacia las empresas parece ser insuficiente. Los inversores, sean extranjeros o nacionales, siempre reclaman más condiciones. El problema ahora sería por la falta de competitividad: que lo que realmente se necesita es mayor inversión pública en infraestructura, dicen unos, que es muy costoso el entramado de corrupción entre empresarios, políticos y sindicalistas nacionales, dicen otros. Algunos llaman la atención de la creciente conflictividad social, que sindicatos estatales y municipios deberían dejar de poner palos en la rueda. El ex gobernador neuquino Jorge Sapag, manifestó que si van a rechazar el fracking, deberían dejar de cobrar sus sueldos o recibir coparticipación, punto en el que incluía también a la provincia de Entre Ríos, que prohibió la técnica en su territorio el 25 de abril.
Como el ex mandatario hizo un llamado al debate y sentimos que parece haber responsabilizado de forma exclusiva a trabajadores y municipios por el descalabro fiscal y productivo neuquino, queríamos hacer un pequeño comentario. En ese diagnóstico no debería olvidarse al MPN, el partido fundado por su familia y que gobierna hace casi sesenta años, como tampoco una centuria de explotación hidrocarburífera en la zona, donde en los últimos 20 años los privados acentuaron el agotamiento del recurso y la degradación ambiental, mientras las distintas gestiones miraban atentamente. Si la provincia en todos estos años no logró financiar y diversificar su matriz productiva, no son los municipios ni los empleados quienes tienen el mayor grado de responsabilidad. Al mismo tiempo, condenar los entramados corruptos nacionales sin responsabilizar a los actores corporativos en plena globalización neoliberal, también sería un poco reduccionista. Mensajes punitivos sobre los sectores con menor responsabilidad, que tampoco toman en cuenta marcos globales de crisis sistémica, como el agotamiento de recursos, cambio climático y pérdida de biodiversidad. Más allá de esto, el lápiz se afina y ese oscuro objeto de deseo no logra consumarse. Bienvenidos los comentarios y hasta una nueva entrega.

ENGLISH

In this ninth edition of the EJES newsletter we point at how the national Government envisages a gas exporting scenario, regardless of the economic and environmental implications it might have in the region. We put the last YPF Board’s decisions under the magnifying glass, stressing that the company is departing from energy sovereignty and deepening its rentistic nature. In addition, we stop to look at the increasing labor conflicts unfolding together with the collective agreement negotiations, presented as a way to secure “social peace” while they deregulate labor practices. The high water consumption of unconventionals is also examined in this issue. Finally, we wonder what lies behind Schlumberger Oilfield Eastern Ltd, the subsidiary that signed the agreement for shale exploitation in the Bandurria Sur area, adjacent to northern Loma Campana, where YPF-Chevron are exploiting the same type of resource.

GOBIERNO
Al son de la internacional[leer más...]
GRUPOS AFECTADOS
Un paro sorpresivo por despidos en Vaca Muerta[leer más...]
ECONOMÍA
Nuevos y viejos esquemas de políticas: YPF en la lupa[leer más...]
DEGRADACIÓN AMBIENTAL
El agua del fracking[leer más...]
YPF-CHEVRON
Mi vecino favorito[leer más...]
VÍNCULOS
Fracking y salud. Informe Megaproyecto Vaca Muerta. Boletín Energías extremas, Oilwatch[leer más...]
GOBIERNO

Al son de la internacional

La gobernabilidad del megaproyecto Vaca Muerta es flexible y crecientemente global, condición por la cual los actores ven su viabilidad.Por un lado, un esquema que no necesariamente hable de operaciones exclusivas sobre la proximidad, sino que puedan dirigir sus acciones a miles de kilómetros. Tal método de reducción de costos demostró Shell al comandar una perforación desde Canadá. Por otro, a partir de la internalización e inserción en cadenas de valor global.
En este sentido, a 2025, uno de los escenarios que el gobierno nacional baraja es obtener saldos exportables de gas. Este resultado se lograría de reducir el aumento de demanda proyectada (conservación y eficiencia energética), diversificación de fuentes (incremento de renovables y nuclear sobretodo) y un sostenido aumento de la oferta de no convencional (57%), factor que reemplaza al declinante convencional. Este último hecho se produce por un mayor cúmulo de inversiones (US$ 55 mil millones total), al que se arribará, según estima el informe, por las señales de precios y el empuje hacia el gas como “combustible puente” gracias al Acuerdo de París, entre otras cuestiones.
En vistas de este fenómeno, diversos planes de infraestructura público-privado se interconectan y buscan asegurar la salida, tanto sea por ductos como por proyectos de GNL en el Cono Sur (Bahía Blanca, Argentina; Talcahuano, Chile; Montevideo, Uruguay). En los tres casos, organizaciones vienen denunciando las implicancias económicas y ambientales en las regiones.

GRUPOS AFECTADOS
Un paro sorpresivo por despidos en Vaca Muerta

Según los anuncios del sector, la segunda ola del proyecto extractivo hidrocarburífero ha comenzado. Una de las razones del mismo es el acuerdo alcanzado con la conducción sindical petrolera, que introdujo una adenda al convenio colectivo de trabajo para regular la actividad no convencional y garantizar “paz social”.

Pero lo cierto es que la conflictividad laboral de una de las estructuras sindicales más poderosas del país no cesa. De hecho, comienza a mostrar fisuras puertas adentro.
El senador y secretario general de petroleros privados, Guillermo Pereyra, viajó junto a la comitiva oficial del gobierno nacional a Houston. Ante empresarios del sector, aseguró que “la protesta no es camino”, en clara alusión a sus pares de Santa Cruz que llevaban un largo proceso de cortes de rutas y paro de actividades. Pero horas más tarde una revuelta tendría lugar en las tierras del propio dirigente, donde unos 140 obreros despedidos cortaron el acceso a 10 importantes yacimientos de la cuenca neuquina, corazón productivo de Vaca Muerta. Una extraña medida sin aval sindical y sin aviso previo al Ministerio de Trabajo.
Los manifestantes trabajaban en la casi extintas empresas de servicios petroleros OPS, perteneciente a Mario Cifuentes y en la empresa Servicios Petroleros Argentina (SP). Ambas tenían como mejor cliente a YPF, al que le facturaban sustanciosos montos. Pero a mediados del 2016, las empresas perdieron el contrato y fueron reemplazadas por Pecom, a la que se le transfirió parte de la mano de obra mientras con otro grupo de obreros se rubricaron retiros voluntarios. A pesar de este arreglo, casi doscientos ex empleados quedaron con un futuro incierto cobrando subsidios. Estos últimos fueron los que protagonizaron los piquetes.
La rebelión fue encabezada por Marcelo Rucci, parte de la liga de intendentes petroleros, cabeza municipal de la ciudad petrolera de Rincón de los Sauces y segundo en liderazgo dentro del sindicato. La idea de “dar seguridad y confianza a los inversores” sufrió un duro revés proveniente esta vez de sus propias filas. Guillermo Pereyra pasó de desligarse -“todo el mundo me llama a mí (...). No soy el que hace los cortes”- a tener que sentarse y ponerse al frente del reclamo.

ECONOMÍA
Nuevos y viejos esquemas de políticas: YPF en la lupa
 

A través de la asamblea de Directorio, el 28 de abril se aprobaron los lineamientos de la política de YPF S.A para el 2017. Las decisiones profundizan el perfil rentístico en detrimento de la soberanía energética, políticas que se profundizan con las cesiones de participaciones de áreas que YPF considera secundarias.
En primer lugar, se propone distribuir dividendos por $716 millones. Es importante tener en cuenta que la empresa en el año 2016 dio pérdidas por $28.231 millones, ergo no existirían ganancias a distribuir. Por esta razón debieron liquidar una reserva contable del año 2013. En este punto, no es menor que la mayoría del 49% de los accionistas privados son fondos de inversión y muchos radicados en Delaware (EE.UU.), considerado un paraíso fiscal.
Además, determina el pago por $122 millones a los directores de YPF S.A. Entre ellos, encontramos a ex CEOs como Roberto Monti, asesores de las empresas petroleras como Daniel Montamat, a Emilio Apud, ex secretario de Energía durante la gestión de Fernando de la Rúa, y al ex colaborador de los carapintadas y familiar del gabinete, Octavio Frigerio. Por otro lado, la empresa sigue con la compra de acciones propias por $100 millones ¿Para qué? Para otorgarlas a los ejecutivos a modo de programa estímulo con el supuesto fin de mejorar la performance de la empresa.
Por último, por primera vez desde la estatización, YPF no ha constituido una reserva de inversión para destinarla a incrementar la producción de hidrocarburos.

DEGRADACIÓN AMBIENTAL
El agua del fracking
 

Los sectores que promueven el fracking afirman que la demanda de agua requerida es insignificante y que tanto la demanda futura como el acceso o competencia son una falsa preocupación.

La experiencia terminó demostrando lo contrario. En diciembre de 2016, la provincia de Neuquén declaró la emergencia hídrica por 12 meses al registrarse, cambio climático mediante, una “carencia extraordinaria de lluvias y nevadas en todo el territorio provincial”. Si esto implicó o no una restricción al abastecimiento hacia el sector hidrocarburífero (que debe hacerlo desde fuentes superficiales o subterráneas no potables) es una incógnita.
Con respecto a la relación entre hidrofractura y demanda hídrica, hay antecedentes en Estados Unidos, país que más ha desarrollado la explotación de hidrocarburos no convencionales. Allí se puede confirmar la disputa por el agua y el estrés hídrico en diversos Estados. La ONG Ceres evaluó el uso de agua para 109.665 pozos de petróleo y gas no convencional durante los últimos cinco años (enero de 2011 a enero de 2016) en regiones con diferentes niveles de estrés hídrico de Estados Unidos. Una de las conclusiones de este estudio es que el desarrollo de los no convencionales requiere una gran cantidad de agua, con estimaciones que oscilan entre 2 a 10 millones de galones por pozo (8 millones a 38 millones de litros). Aunque el agua total de uso para la fractura hidráulica es a menudo menos del 2% del uso general del agua de un Estado, los requisitos a nivel local pueden ser mucho mayores. Lo que se remarca es que están faltando procesos de participación de las partes interesadas en el manejo mismo del agua.
Estudios como el del World Resources Institute nos brindan un panorama de las regiones donde la disponibilidad de agua se transforma en uno de los límites para el desarrollo de los hidrocarburos no convencionales. Según este estudio Argentina en una escala clasificatoria global de 6 niveles riesgo de estrés hídrico (Bajo, Bajo a medio, Medio a alto, Alto, Extremadamente alto, Uso árido y bajo de agua) se encuentra entre las regiones más favorables en la relación de agua disponible y reservas explotables. Pero a pesar de ello, en el contexto de cambio climático y la variación de máximos históricos estas clasificaciones son insuficientes para la complejidad de los desarrollos en cada zona particular. La reciente declaración de emergencia hídrica en Neuquén son un indicador, no menor de los posibles conflictos futuros por la demanda de agua en la cuenca Neuquina. Sin mencionar que cantidad no es sinónimo de calidad y la contaminación de cuencas suma otra variable a contemplar.

CASO YPF-CHEVRON

Mi vecino favorito

Con el fin de explotar shale oil en el área de Bandurria Sur, el 12 de abril se anunció un acuerdo de inversión entre la empresa multinacional de servicios petroleros Schlumberger e YPF, por un monto de US$ 390 millones. Dicha área es lindera al norte de Loma Campana, donde Chevron e YPF explotan el mismo tipo de recurso.

Desde mediados de febrero, Schlumberger cuenta en su directorio, con la experticia sobre el recurso de Vaca Muerta del saliente CEO de YPF, Miguel Galuccio, a partir del cual se pretende copiar esquemas de inversión de su vecino.

Esto se debe al hecho que la subsidiaria firmante del acuerdo es Schlumberger Oilfield Eastern Ltd, radicada en Barbados, una colonia británica en Centroamérica de sólo 97 km de costa, caracterizada por ser un paraíso fiscal. Hecho muy similar al que se registró con la firma entre YPF y Chevron, donde entre la constelación de empresas figuraban subsidiarias en Delaware y las Islas Bermudas. Algunos vicios no cambian.

VÍNCULOS

Primera base de datos que muestra los efectos del fracking en la salud. Proyecto de salud ambiental del suroeste de Pensilvania.

Megaproyecto Vaca Muerta. Informe de externalidades

Extremas. Nuevas fronteras del extractivismo energético en Latinoamérica. Oilwatch Latinoamérica.

www.ejes.org.ar

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